QUESERIAS DEL TIETAR.“ORGULLO DE FAMILIA”

Visitamos Queserías del Tiétar, y enseguida nos damos cuenta de que no estamos visitando una empresa, ni una fábrica más. Nos encontramos en “un proyecto familiar con mucha alma.”

Una idea que toma forma gracias al espíritu, al esfuerzo y a la ilusión de un hombre, Rafael Báez Bravo-Murillo, quien en 1983, contra viento, marea y sorteando toda suerte de impedimentos administrativos y burocráticos, logra iniciar la actividad de la quesería con la fabricación del queso fresco Cabra del Tiétar, utilizando la leche que le servían a diario los dos cabreros que cuidaban rebaños en La Adrada, en la provincia de Ávila.

Paloma es una de las hijas de Rafael, y nos guía orgullosa en la visita a la quesería. Nos cuenta como tras la primera elaboración, su padre comenzó a elaborar otros quesos además del fresco, dando como resultado la gama que presenta actualmente la fábrica. Un semicurado, uno de pasta fresca para untar, y el buque insignia de la quesería, el afamado Monte- Enebro. Cuenta con cierto anhelo, que su padre Rafael no pudo ver la quesería en toda su dimensión, y que le hubiera gustado que fuera testigo de la materialización de toda su obra, pero que no pudo ser, ya que el destino «se lo llevó antes de tiempo».

Recorremos cada una de las dependencias de la fábrica, y vamos aprendiendo los diferentes procesos de elaboración de cada variedad. Secretos hay pocos: Excelente materia prima, cuya protagonista principal es la leche de las cabras del Valle que se somete a diario a unos exhaustivos controles de análisis y calidad, asegurando un impecable estado bacteriológico.

Los restaurantes de “Carta corta”, con pocos platos en la oferta, suelen ser sinónimo de buena calidad y elaboración. En Queserías del Tiétar pasa algo similar. 4 referencias completan una seleccionada gama, toda ella elaborada con leche de cabra: Queso fresco, semicurado, pasta y Monte-Enebro. Todos ellos de gran calidad, para diferentes momentos y gustos.

Monte – Enebro es la máxima expresión del buen hacer y ha sido galardonado en varias ocasiones con premios de ORO y mejor queso presentado en prestigiosos concursos y certámenes tanto nacionales, como internacionales.

Una sorprendente cremosidad con gran sabor y unos matices delicados de acidez, que armonizan a la perfección con la corteza de “Penicillium roqueforti”, característica de los quesos azules.

Toda una joya para disfrutar, descubriendo la maestría quesera de este valle abulense.

No te lo pierdas.

 

 

 

 

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