Visita inesperada a la destilería Lehmann en Tortosa, donde nos recibe Emilio Lehmann, director gerente, y cuarta generación de esta empresa familiar fundada en 1870.
En estos más de 150 años de historia, la empresa ha ido evolucionando, desde la elaboración y destilado de aguardientes tradicionales, pasando por la producción de soleras, con el envejecimiento en barricas de roble, hasta que Emilio, allá por la década de los 70, impulsa la modernización y mecanización de productos, y moderniza la actividad comercial para llevar a la empresa a un audaz plan de expansión, hoy representado en gran parte del mundo.
En la visita guiada enseguida nos damos cuenta de que no estamos visitando una empresa, ni una fábrica más. Nos encontramos en “un proyecto familiar con mucha alma.”
Un sinuoso recorrido por diferentes estancias nos hace testigos de parte de la historia de esta familia. Una hemeroteca viva, un museo, una exposición temática o arqueológica… No podemos calificar esta visita de ninguna forma categórica. Es un “todo sorprendente”.
Depósitos, alambiques, barricas, prensas … Objetos testigos de una historia que contrastan con la modernidad de la Sala de Catas que descubre parte de la antigua muralla del puente del río, en una de sus cabeceras, y con una vanguardista Tienda exposición abierta al público.
A la venta productos emblemáticos, como son sus Brandys de muy alta calidad, que reposan en las viejas soleras y un excepcional Ponche Reserva.
También sus propuestas pioneras en la cultura del kilómetro “0”. Licores elaborados con productos de la Terra Alta, y frutos de los huertos cercanos al Ebro, como naranjas, cerezas y mandarinas típicos. Llamativa es su singular Crema de arroz Bomba, un licor “homenaje”, nacido en el Delta y que representa la esencia y el espíritu del territorio habitado por la familia.
